Entre 2008 y 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Salud sin Daño colaboraron en una iniciativa global que tuvo como objetivo demostrar la factibilidad de la eliminación de termómetros y esfigmomanómetros con mercurio en el sector del cuidado de la salud y su reemplazo por alternativas precisas y económicamente viables.
En los países más industrializados, aunque todavía resta trabajo por hacer, la mayor parte de los usos del mercurio en el sector salud están siendo reemplazados.Es necesario que más hospitales y sistemas de salud de nuestros países se sumen a esta iniciativa y adopten los pasos necesarios para reemplazar el mercurio y dicten políticas públicas que eliminen estos insumos y dispositivos de las compras.En América Latina, esa tendencia comenzó hace algunos años y se está consolidando poco a poco, pero aún queda mucho por hacer.